Durante aproximadamente los 12 meses anteriores, las relaciones entre el Consejo de Seguridad e Irán han tomado una vía de agrios enfrentamientos sin que haya aparecido indicios de que se vaya a llegar a un acuerdo mutuo. El Consejo de Seguridad, al que la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) le pidió que estudiara el problema del desarrollo nuclear de Irán en febrero de 2006, adoptó la primera resolución el 31 de julio de ese mismo aÑo. Esta resolución instaba a Irán a que suspendiera sus actividades de enriquecimiento de uranio y todas aquellas que pudieran estar relacionadas con la fabricación de armamento nuclear, y dejaba clara su intención de tomar las medidas pertinentes en virtud del Artículo 41 del Capítulo VII de la Carta de la ONU (sobre medidas de obligado cumplimiento entre las que no se incluye la utilización de la fuerza armada) si Irán no cumplía con las exigencias de la resolución para finales de agosto de 2006. Por ese motivo, la primera resolución fue descrita como una advertencia de imposición de sanciones.
Puesto que Irán prácticamente rechazó esta resolución de advertencia, el Consejo de Seguridad emprendió la adopción de una segunda resolución el 23 de diciembre de 2006. Al pasar de la advertencia a su puesta en marcha, esta segunda resolución establecía las sanciones en conformidad con el Artículo 41 del Capítulo VII de la Carta de la ONU. En concreto, estas medidas incluían un embargo sobre las sustancias relacionadas con el enriquecimiento de uranio y su reprocesado, así como con la fabricación de misiles; una petición a los estados miembros de la ONU para vigilar los desplazamientos al exterior de determinados organismos e individuos iraníes (12 personas designadas); y el bloqueo de los activos de 10 organismos y 15 individuos. Además, la resolución establecía que si Irán no paralizaba el enriquecimiento de uranio y demás actividades antes de que se cumpliera un período de gracia de 60 días, se le impondrían sanciones adicionales.
El 22 de febrero de 2007, cuando finalizó el período de gracia, el Director General de la AIEA, Mohamed ElBaradei, presentó un informe ante el Consejo de Seguridad en el que se afirmaba que Irán seguía haciendo caso omiso de la resolución del Consejo de Seguridad y aumentando sus actividades de enriquecimiento de uranio. Al recibir este informe, el Consejo de Seguridad reanudó sus debates y adoptó la tercera resolución justo un mes más tarde, el 24 de marzo. Estas circunstancias ponen de relieve el hecho de que, mientras los dirigentes iraníes sigan con su actitud provocativa frente al Consejo de Seguridad, la comunidad internacional se están impacientando cada vez más.
Los editoriales de prensa aprueban la adopción de sanciones adicionales
Los medios de comunicación japoneses han mostrado una gran preocupación por las sospechas que suscita su programa de desarrollo nuclear. También en lo que respecta a la última resolución sobre sanciones adicionales contra Irán, tres de los cinco principales periódicos publicaban editoriales sobre este asunto. El hilo común en todos ellos era sus críticas a Irán por desdeÑar la opinión internacional e incrementar sus actividades de enriquecimiento de uranio y demás actividades.
El editorial del Nikkei (edición del 26 de marzo) manifestaba: "El Consejo de Seguridad ha adoptado por unanimidad una resolución para imponer nuevas sanciones a Irán. La imposición de estas sanciones adicionales es lógica, puesto que Irán a hecho oídos sordos a las exigencias de la comunidad internacional para que detuviera el enriquecimiento de uranio. Dependiendo de la respuesta de Irán, el Consejo de Seguridad debería preparar aún más sanciones a partir de ahora". Y proseguía con firmeza: "Esta vez, no se cree que las sanciones adicionales sean lo suficientemente fuertes como para poder asestar un duro golpe sobre la economía iraní. Esto es inevitable, ya que el Consejo de Seguridad es un foro para el entendimiento. Sin embargo, Irán no debería tomarse a la ligera el hecho de que el Consejo de Seguridad adoptara la resolución por unanimidad y en un relativo corto período de tiempo. La voluntad de la comunidad internacional ha quedado clara. Mientras Irán no suspenda el enriquecimiento de uranio, la imposición de nuevas sanciones será algo inevitable".
El editorial del Sankei Shimbun (edición del 26 de marzo) comentaba: "Como consecuencia de las sospechas que suscita el desarrollo nuclear de Irán, el Consejo de Seguridad de la ONU ha adoptado por unanimidad una resolución para la imposición de nuevas sanciones contra ese país. Irán debería aceptar con sinceridad el mensaje de la comunidad internacional, incluidos los países islámicos, y cumplir con esta resolución. Esto conduciría a la paz, la estabilidad y la prosperidad en Irán, en toda la zona y en el mundo". Al ocuparse de la relación entre el dudoso programa de desarrollo nuclear de Irán y el desarrollo nuclear de Corea del Norte, observaba: "Para Japón, los vínculos nucleares entre Irán y Corea del Norte son una cuestión que preocupa. En enero de este aÑo, la Agencia Central de Noticias Coreana de Corea el Norte informaba de que los dos países habían ultimado un plan para el intercambio cultural y científico durante el ejercicio fiscal de 2007-09. El contenido está poco claro, pero, según se informa, Corea del Norte e Irán ya llevaban algún tiempo cooperando en el desarrollo nuclear y en la fabricación de misiles. Un periódico británico ha informado de que científicos de ambos países participaron en un intercambio directo de información cuando Corea del Norte realizó su ensayo nuclear en octubre de 2006".
El editorial del Yomiuri Shimbun (edición del 27 de marzo) sugería que, dependiendo de la respuesta de Irán, podría presentarse la necesidad de aumentar el grado de las sanciones. Decía: "Como nuevos objetivos para el bloqueo de activos, esta última resolución especifica a 15 individuos, entre los que se encuentran algunos de los comandantes del Cuerpo de Élite de la Guardia Revolucionaria Iraní, así como 13 entidades, entre las que se incluye un banco propiedad del estado. Apela a los Estados Miembros de las Naciones Unidas para que se abstengan de suministrar armas pesadas y ayuda financiera a Irán. Es posible que Irán continúe con su postura de línea dura, al considerar que estas medidas no van a tener un impacto inmediato en el país. No obstante, si se aumenta la presión por fases, aun cuando ésta no sea demasiado dura, sí que tendrá trascendencia. De ahora en adelante, también es importante que la comunidad internacional se mantenga alerta, para poder responder con rapidez a los cambios de situación sin mostrar signos de división en el entramado del cerco que se ha desplegado en torno a Irán".
Los artículos que llegan desde Irán llaman la atención sobre la complejidad de su situación política interna
El tono que predominaba en los editoriales de los principales periódicos de Japón era el de las críticas a la actitud intransigente de los dirigentes de Irán. Sin embargo, al escribir desde una perspectiva diferente a la de los editoriales, los corresponsales especiales en Teherán llamaban la atención sobre la complejidad de la relación que existe entre la situación política interna de Irán y el problema del desarrollo nuclear.
El corresponsal especial del Yomiuri en Teherán citaba las palabras de un alto cargo del gobierno iraní: "No pensaba que se fuera a adoptar una resolución con tanta rapidez" y comentaba (edición del 23 de marzo del Yomiuri): "Como esta declaración representa, el error de cálculo de los dirigentes iraníes y su falta de unidad quedaron al descubierto en el proceso que ha conducido a la adopción de esta resolución". Es más, el corresponsal especial escribía: "Algunas personas dicen que las reiteradas proclamas extremistas del presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, desde el comienzo de este mes, como, por ejemplo, su observación de que el Consejo de Seguridad "no tiene legitimidad", tuvo el efecto contrario de reforzar la solidaridad de la comunidad internacional. Es probable que las críticas al presidente vayan en aumento".
El corresponsal especial del Mainichi en Teherán comentaba de forma parecida (edición del 26 de marzo del Mainichi): "Como consecuencia del aumento de las sanciones de ahora en adelante, las perspectivas de futuro para la economía, la situación internacional que rodea a Irán y otros factores, se espera que se intensifique la presión sobre el presidente conservador de línea dura Ahmadinejad. En ese caso, existe la posibilidad de que los conservadores moderados reaparezcan y vuelvan a ejercer una influencia sutil sobre la política nuclear". El corresponsal especial también preveía lo siguiente: "A medida que la situación económica se agrave, existe la posibilidad de que los moderados conservadores, que se concentran en torno al presidente del Consejo de Discernimiento de la Conveniencia, Hashemi Rafsanjani, que en la práctica es el número dos de la administración tras el líder supremo, el Ayatollah Khamenei, aumenten su influencia y vuelvan a una línea más flexible, que incluya la suspensión temporal del enriquecimiento de uranio".
The Japan Brief
28 de Marzo Del 2007
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