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Dado que el Partido Uri había sufrido una derrota completa muy parecida en las elecciones que se celebraron el año pasado para cubrir unos escaños en la Asamblea Nacional Surcoreana, en estas elecciones presentaba como candidatos a antiguos ministros e integrantes de la oficina ejecutiva (Cheong Wa Dae, o la Cámara Azul). La oposición se enfrentó a este reto con sus candidatos más fuertes, entre los que se incluyen funcionarios de la administración en ejercicio y otros que lo fueron. "Pero", decía el Nihon Keizai Shimbun (Nikkei, edición del 2 de junio), "la administración Roh ha sido incapaz de establecer medidas eficaces para disminuir las desigualdades económicas internas, y el pueblo está frustrado por cómo todas las confrontaciones con la oposición han paralizado varias reformas". El Mainichi Shimbun (edición del 2 de junio) coincidía con estas palabras: "No se han tomado medidas decisivas para reactivar a una economía estancada, y la brecha social es cada vez mayor. Éste ha sido el principal tema de enfrentamiento en esta ocasión." Las encuestas de opinión pública realizadas antes de las elecciones indicaban que el apoyo al gobierno seguía siendo bajo al situarse en tan sólo en torno al 20%. También se reparaba en que la agresión a Park Geun-Hye, hecho que contribuyó a suscitar una gran simpatía por la líder del Partido Hannara, sólo sirvió para hacer que la oposición se destacara aún más. Tal y como se esperaba, el Partido Hannara resultó ser abrumadoramente más poderoso en su bastión del sudeste. También obtuvo la victoria en 12 de las 16 elecciones a las administraciones locales más importantes, incluida la alcaldía de Seúl. El único cargo importante en el que venció el Partido Uri fue en la Provincia de Jeolla del Norte. El Partido Hannara obtuvo más del 50% de los votos en los escaños municipales, mientras que el Partido Uri tan sólo pudo cobrarse un exiguo 20% del porcentaje de los votos. Según los cálculos, la participación electoral se ha situado en el 51,3%, bastante más por encima del 48,9% de las pasadas elecciones en 2002.
La campaña del Partido Hannara apelaba al descontento de los ciudadanos con las crecientes desigualdades en la renta y con los exorbitantes precios de la propiedad inmobiliaria. Mientras tanto, el Partido Uri había de enfrentarse al descenso del apoyo a la administración Roh en medio de progresivos reajustes políticos inmediatos.
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