Normalización de las relaciones entre China y Japón al más alto nivel
(18 de enero)



Las relaciones de Japón con China, y si se quiere también con Corea el Sur, parecen haber tomado un rumbo seguro hacia su normalización luego de las conversaciones que el primer ministro, Shinzo Abe, mantuvo con el primer ministro chino, Wen Jiaobao, y el presidente surcoreano, Roh Moohyun, en una cumbre celebrada el pasado 14 de enero en Cebú, Filipinas, donde participaron en una serie de reuniones que mantuvieron los dirigentes de los países de Asia-Pacífico los días 14 y 15 de enero. Se acordó que Wen visitaría Japón en abril, la primera visita de un máximo dirigente chino a Japón en los últimos seis años y medio.

Tras un período de interrupción debido a las anteriores visitas del primer ministro, Junichiro Koizumi, al Santuario de Yasukuni desafiando a las protestas chinas, la normalización de las relaciones ha comenzado tras la visita de Abe a Beijing poco después de su toma de posesión como primer ministro el pasado mes de septiembre. Su último encuentro con el primer ministro chino se entendió como una oportunidad para dar un mayor ímpetu a esta medida, y las dos partes reafirmaron su decisión de mejorar sus relaciones, que ambos definen como unas "relaciones estratégicas de beneficio mutuo".
La visita a Japón de Wen será devuelta cuando Abe visite China a finales de este año. La última vez que un primer ministro chino realizó una visita a Japón fue en octubre de 2000, cuando lo hizo el por aquel entonces primer ministro, Zhu Rongji. También se espera que el presidente chino, Hu Jintao, visite Japón probablemente el año que viene. Tras la visita a China de Koizumi en 2001, las visitas mutuas entre los máximos dirigentes de los dos países habían quedado interrumpidas hasta la visita de Abe a Beijing de este pasado año.
Otra novedad importante durante el encuentro entre el dirigente chino y japonés ha sido el compromiso de China para "cooperar en lo necesario" en relación con el asunto del secuestro de ciudadanos japoneses perpetrado por Corea del Norte. En el pasado, China se limitaba a expresar una mera "comprensión" del asunto. También se acordó la creación de encuentros bilaterales entre ministerios sobre asuntos económicos y energía. Los dos dirigentes se comprometieron a solucionar la disputa de los yacimientos de gas en el Mar de la China Oriental, solución que apunta hacia su explotación conjunta.
Paralelamente a la cumbre entre China y Japón, se celebró un encuentro tripartito en el que participó el presidente surcoreano, Roh Moohyun, tras más de dos años de interrupción provocada por la tensión política a la que dio lugar el asunto de Yasukuni. En la declaración conjunta publicada tras este encuentro a tres, se trataba de encontrar una solución pacífica al problema nuclear norcoreano a través de las negociaciones, al mismo tiempo que se reafirmaba la "completa puesta en marcha" de las sanciones contra ese país sobre la base de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. También hacía referencia, aunque fuera de manera indirecta, a la importancia del asunto de los secuestros.
Aparentemente, esta actitud reconciliadora entre los tres países ha contribuido a que los debates sobre integración regional que se celebraron durante los encuentros multilaterales, y a los que asistieron, además de estos tres países, los 10 países pertenecientes a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), más Australia, Nueva Zelanda y la India, tuvieran, en general, un carácter progresista. Se ha puesto de manifiesto, una vez más, que el estado de las relaciones entre China y Japón puede tener consecuencias importantísimas para el futuro de la integración regional o la formación de una comunidad.


Reservas sobre el asunto de la interpretación de la Historia


Se han expresado ciertas reservas respecto del resultado de la cumbre entre China y Japón, en vista de que el denominado problema de la interpretación de la Historia -la conducta de Japón en tiempo de guerra-, incluida la posible visita del primer ministro al Santuario de Yasukuni en el futuro, ha quedado aparentemente cerrado por el momento y pendiente de solución. Los comentarios aparecidos en los medios de comunicación, no obstante, han estado dominados por la buena valoración concedida a lo que pareció ser un gran avance en las estancadas relaciones políticas bilaterales y trilaterales.

En su editorial del 15 de enero, el Asahi Shimbun observaba que "el punto de apoyo para reconstruir la política exterior de Japón en Asia empieza, por fin, a perfilarse". El periódico describía el agravamiento de la crisis norcoreana como el cambio más importante al que tendrán que hacer frente los tres países, y sostenía que "estos tres vecinos son los países que resultarían más gravemente afectados por las acciones de Corea del Norte". Y proseguía diciendo: "Los tres países tienen una presencia abrumadora en Asia, y no sólo en lo que respecta a la economía. Corea del Norte, por supuesto, sigue siendo un problema. Pero hay también otros problemas regionales, que requieren soluciones regionales, entre los que se incluyen las enfermedades infecciosas como la gripe aviaria y los problemas medioambientales. Es imperativo que estos tres países asiáticos cooperen entre sí; no puede haber vuelta atrás".

El Nihon Keizai Shimbun, en su editorial del 15 de enero, apelaba a los dirigentes de los tres países para que "forjaran una relación estable y duradera entre Corea del Sur, China y Japón que sea ajena a las confrontaciones sobre asuntos individuales concretos". "Lo importante", sostenía el periódico, "es no cerrar nunca la vía del diálogo y la negociación para alcanzar soluciones pacíficas a cualesquiera que sean los problemas". También recibía con satisfacción el acuerdo alcanzado para facilitar la cooperación tripartita en materia comercial, medioambiental y sociocultural, cooperación que hasta ahora había quedado interrumpida debido al deterioro de las relaciones políticas.

El Mainichi Shimbun se refería a los hechos históricos en su editorial del 14 de enero: "Este año se celebra el trigésimo quinto aniversario de la normalización de relaciones entre China y Japón y también el septuagésimo aniversario del Incidente Lukouchiao (El Puente de Marco Polo) que desató la Guerra Sino-Japonesa. Aun cuando ya se han puesto en marcha medidas encaminadas a mejorar las relaciones, esto no significa que las diferencias entre los dos países respecto de las cuestiones históricas hayan desaparecido. La reanudación de las visitas mutuas entre los máximos dirigentes de los dos países seguro que tendrá un efecto positivo en los sentimientos nacionales de las dos partes".

El Sankei Shimbun, en su editorial del 16 de enero, se centraba en la referencia al asunto de los secuestros en la declaración conjunta que siguió a la cumbre tripartita al considerarla como todo un logro: "Era la primera vez que los asuntos de los derechos humanos de Corea del Norte, incluidos los secuestros, se incluían en la declaración conjunta hecha pública por China, Corea del Sur y Japón, al 'hacer hincapié en la importancia de resolver los asuntos que atañen a las inquietudes de la comunidad internacional sobre los derechos humanos'". El Yomiuri Shimbun también afirmaba, en su editorial del 15 de enero, que el asunto más apremiante al que se enfrentan estos tres países era trabajar conjuntamente para "frustrar la intención de Corea del Norte de acumular un arsenal nuclear.



The Japan Brief
Enero Del 2007







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