Evitar que desaparezca la memoria de Hiroshima y Nagasaki



La posesión de armas nucleares comenzó con las dos superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, en la era de la Guerra Fría, pero ahora estas peligrosas armas de destrucción masiva se han generalizado y son muchos países los que las poseen. En medio de esta tendencia peligrosa, Japón ha desempeñado un papel excepcional, tanto política como moralmente, con el objetivo de impedir la proliferación de armas nucleares. Ni que decir tiene que las declaraciones de Japón han tenido una especial importancia por su carga histórica, puesto que es la única nación que ha experimentado directamente la devastación causada por un desastre nuclear.

Sin embargo, la edad media de las víctimas supervivientes de Hiroshima y Nagasaki se ha situado ahora en los 73,9 años, de manera que el problema de cómo transmitir la experiencia nuclear a las generaciones futuras será cada vez mayor. Según una crónica del Asahi Shimbun (edición del 6 de agosto), de los 44 grupos prefecturales que pertenecen a la Confederación de Japón de las Organizaciones de Víctimas de la Bombas A y H (Hidankyo), una organización nacional de supervivientes, alrededor de una tercera parte de ellos se muestran "preocupados por la posibilidad de que se produzca su disolución en el futuro cercano".

También se destacan los comentarios aparecidos en los editoriales de los periódicos nacionales en los que se expresa la preocupación por el cada vez mayor debilitamiento de la memoria de Hiroshima y Nagasaki. El editorial del Mainichi Shimbun (edición del 6 de agosto) observaba: "Han transcurrido sesenta y un años desde el lanzamiento de las bombas atómicas. Los supervivientes están envejeciendo, y cada vez disponen de menos tiempo para hablar de su experiencia. La Junta Municipal de Educación de Hiroshima lleva tiempo apelando a las escuelas de primaria y a las del primer ciclo de secundaria para que declaren al día 6 de agosto "día escolar de la paz" a partir de este año. Tendría un enorme valor que la generación del futuro pudiera conocer las experiencias de los bombardeos atómicos y pudiera hablar sobre la estupidez de la guerra."

El Asahi (edición del 6 de agosto) publicaba un extenso editorial con el tamaño doble de lo habitual. Aproximadamente, una tercera parte del artículo estaba dedicada a presentar la tragedia vital de las personas que tuvieron que padecer los bombardeos atómicos, tanto en Hiroshima como en Nagasaki. La historia de estas víctimas del "doble bombardeo atómico" reapareció el año pasado, cuando una de ellas prestó desinteresadamente su autobiografía al Hiroshima National Peace Memorial Hall para las Víctimas del Bombardeo Atómico. Dicho editorial del Asahi, con un estilo poco frecuente, observa: "Tras su donación, los empleados del Monumento Nacional a la Paz de Hiroshima acudieron a los archivos y buscaron entre otras memorias y datos autobiográficos de 130.000 víctimas de los bombardeos. Descubrieron hasta 160 personas que sufrieron de las dos bombas."

The Japan Brief
Agosto Del 2006








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