Sanciones contra Irán y la estrategia de la energía de Japón



Si a partir de ahora las sanciones económicas llegan a convertirse en un verdadero problema en la respuesta a Irán, la economía japonesa tampoco podrá evitar sufrir sus efectos. En un artículo especial, el Asahi (edición del 2 de agosto) comentaba lo siguiente sobre la conexión entre las sanciones económicas y la estrategia energética de Japón: "Si las transacciones petrolíferas con Irán, que es el cuarto mayor productor de petróleo del mundo, llegaran a convertirse en objetivo de las sanciones, tendrían una seria repercusión en el mercado mundial del petróleo,

y el incremento de los precios se aceleraría. Japón, país cuyas importaciones de petróleo procedentes de Irán representan un 15%, no sería ninguna excepción. Dentro del gobierno japonés, hay quien ha expresado su preocupación respecto de las repercusiones sobre el yacimiento petrolífero de Azadegan, donde se encuentran los mayores depósitos de crudo de Medio Oriente. INPEX Corp., una compañía japonesa, posee el 75% de los derechos de explotación en este yacimiento. Si comienza la producción, se cree que este yacimiento podrá cubrir el 6% del volumen de las importaciones anuales de Japón. Pero si se llegasen a imponer las sanciones, existiría la posibilidad de que las inversiones en este proyecto tengan que ser también suspendidas."

Sin embargo, en los editoriales de los periódicos de tirada nacional, la opinión predominante ha sido, por el momento, de que mantener una postura de línea dura con Irán es más importante que el problema de la energía. El editorial del Yomiuri anteriormente mencionado observaba: "Japón, cuyas importaciones de crudo procedentes de Irán representan un 14%, también se verá obligado a tomar una difícil decisión con respecto al problema nuclear de Irán, pero las opciones son limitadas. Hasta que Irán deje de ser motivo de preocupación para la comunidad internacional, Japón debería abordar este asunto con firmeza.

El editorial del Asahi instaba al gobierno japonés a que realizara verdaderos esfuerzos para evitar recurrir a la imposición de sanciones económicas. Decía: "Si finalmente las sanciones contra Irán llegaran a hacerse realidad, la tensión se adueñaría de toda la comunidad internacional. Para poder evitar esto, todas las naciones deberían redoblar sus esfuerzos diplomáticos para que Irán responda de una manera razonable. Japón, país que depende en gran medida del crudo iraní, no puede permitirse, en modo alguno, permanecer cruzado de brazos."

The Japan Brief
Agosto Del 2006








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