Comentarios japoneses acerca del Discurso del Presidente de EE.UU. sobre el Estado de la Unión
(26 de enero)



Los principales periódicos japoneses informaban detalladamente acerca del discurso del presidente Bush sobre el Estado de la Unión del pasado 23 de enero por la tarde (el día 24 de enero por la mañana en Japón) en sus ediciones vespertinas del 24 de enero y en sus ediciones matutinas del 25 de enero. Entre estas informaciones se incluían artículos de fondo firmados por los corresponsales de los periódicos en Washington, además de críticas editoriales. Casi todos los periódicos japoneses se mostraban escépticos respecto de la capacidad de Bush para granjearse el apoyo del Congreso y del pueblo estadounidense dada su política en Iraq de aumentar el número de soldados. En lo que respecta a sus propuestas de política interior, el centro de atención ha sido

principalmente la estrategia sobre energía propuesta por Bush para reducir el consumo de gasolina en un 20% durante los próximos 10 años.


Un panorama muy negro para la nueva estrategia en Iraq


El discurso sobre el Estado de la Unión se ha pronunciado en un momento en el que la popularidad de Bush se encuentra en su punto más bajo desde que asumiera la presidencia. En su edición vespertina del 24 de enero, el Mainichi Shimbun señalaba: "Los Demócratas, que tienen el control absoluto de las dos cámaras del Congreso, se mantienen inflexibles en su exigencia para la retirada del ejército estadounidense, y también es cada vez mayor el número de Republicanos que se está sumando a esta oposición. El discurso sobre el Estado de la Unión, en medio de estas circunstancias tan hostiles, tan sólo ha servido para poner de relieve el aislamiento del presidente y para hacerle adoptar una postura defensiva con su política en Iraq". En lo que se refiere al conjunto del discurso, el Nikkei (el nuevo nombre del Nihon Keizai Shimbun), en su edición del 25 de enero observaba que sólo ha servido para 'hacer hincapié en cómo el asunto de Iraq está echando abajo a la administración Bush, concretamente en cómo está perdiendo su fuerza integradora. Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina en 2008, este discurso sobre el Estado de la Unión era la última oportunidad del Bush para impulsar su nuevo programa político, pero no ha logrado ganar nada de terreno".

En su edición del 25 de enero, el Sankei Shimbun comentaba: "La condena del congreso a la decisión de Bush de aumentar el número de tropas estadounidenses en Iraq no sólo la apoyan los Demócratas, que representan la mayoría dentro del Congreso, sino también un número significativo de Republicanos. Es probable que el Presidente siga teniendo que enfrentarse a dificultades a la hora de poner en marcha su nuevo programa político". El Yomiuri Shimbun coincidía con esta opinión en su edición vespertina del 24 de enero, al decir: "Cada vez es mayor el escepticismo dentro del propio Partido Republicano respecto de la decisión de Bush de enviar más tropas a Iraq, y difícilmente se puede afirmar que haya podido refutar de manera convincente todas estas críticas. El panorama no es nada halageño para Bush si quiere recuperar su ímpetu inicial".

El Mainichi, en su edición vespertina del 24 de enero, también comentaba el objetivo del presidente Bush de reducir el consumo de gasolina de los estadounidenses en un 20% durante los próximos 10 años y decía: "Muchos dicen que esta medida es insuficiente para evitar el calentamiento global. El Presidente ha declarado simultáneamente su intención de duplicar las reservas estratégicas de petróleo, una clara indicación de que concede mayor importancia a garantizar la seguridad energética que a encontrar una solución al calentamiento global". El Nikkei, en su edición del 25 de enero (el nuevo nombre del Nihon Keizai Shimbun) observaba que "al reconocer los peligros del calentamiento global, Bush ha modificado un tanto su postura", pero, continuaba el Nikkei: "no ha llegado hasta el punto de obligar a las empresas a recortar sus emisiones de gases de efecto invernadero". Y concluía el Nikkei: "Sigue sin estar seguro si se logran objetivos que dependen de la aparición de nuevas tecnologías, como, por ejemplo, para la explotación de nuevas energías alternativas".

En su discurso, Bush expresaba su convicción de que la reunión a seis bandas podrían resolver el problema nuclear de Corea del Norte. Pero el Yomiuri Shimbun, en su edición del 25 de enero, decía que estas declaraciones solamente "indican que con el envío de más tropas a Iraq, a Bush no le sobra más capacidad militar y se verá obligado a confiar en la colaboración internacional a la hora de intentar encontrar una solución a los demás asuntos".


Comentarios de los editoriales de los principales periódicos


Cuatro de los principales periódicos japoneses comentaban el discurso de Bush sobre el Estado de la Unión en sus editoriales del 25 de enero. El Sankei informaba del discurso en su editorial del 26 de enero.

El editorial del Asahi Shimbun, titulado "Discurso sobre el Estado de la Unión: Bush deberá hacer frente a una verdad incómoda", comentaba sobre la nueva política de la administración de enviar más tropas estadounidenses a Iraq. Teniendo en cuenta la decisión del Congreso de aprobar una resolución para condenar el aumento del envío de tropas y las encuestas de opinión que indican que existe una oposición de más del 60 entre los estadounidenses, el Asahi decía: "Creemos que las voces a favor de la retirada se oirán cada vez con más fuerza". En lo concerniente a la política energética de Bush, cuyo objetivo se centra en la reducción del consumo de gasolina en un 20% a lo largo de un período de 10 años, el Asahi preguntaba: "Por qué se negó Bush hace seis años a aceptar el Protocolo de Kyoto, por el que se exigía a los países firmantes que redujeran las emisiones de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero?" Y concluía con ironía: "Han tenido que pasar muchos años para que Bush se haya enfrentado a la incómoda verdad sobre el calentamiento global. Va a seguir por la misma senda antes de que entienda la realidad de Iraq, donde la intervención estadounidense no es bienvenida?"

El editorial del Mainichi se titulaba "No hay muchas posibilidades de poder superar la crisis", y decía: "El discurso ha puesto al descubierto la desintegración y la confusión de una gran potencia y ha evidenciado esa clase de aislamiento que trae a la mente términos como 'sitiado' y 'asediado'". El Presidente, observaba, "no puede decirse que haya triunfado", en su objetivo de "conseguir apoyos para su nueva política en Iraq al intentar sentar una base de cooperación con los Demócratas". Al hacer referencia de nuevo a la decisión del ex jefe del Partido Comunista soviético Gorbachov de retirarse de Afganistán, el Mainichi decía que aunque "no le parece bien la idea de una prolongada presencia militar estadounidense en Iraq ante un panorama que parece tan inestable", al mismo tiempo, "Estados Unidos debe tomar una decisión correcta que haya salido de un debate abierto entre los dos partidos. Ésa es, a la postre, la responsabilidad y el deber del país que ha empezado la Guerra de Iraq".

El Yomiuri titulaba su editorial: "La carga de Iraq ha ensombrecido el problema nuclear de Corea del Norte". Decía: "Las repercusiones del fracaso en Iraq se están extendiendo por el este de Asia", y señalaba: "Mientras EE.UU. siga comprometido en Iraq, Corea del Norte está aprovechando para seguir adelante con su programa de fabricación de armamento nuclear y misiles balísticos. Ya ha realizado lanzamientos de misiles y ensayos nucleares desoyendo las advertencias de la comunidad internacional. Esto constituye una grave amenaza para la seguridad de Japón". Y advertía el Yomiuri: "El presidente Bush ha reafirmado su intención de buscar una solución diplomática a través de la reunión a seis bandas, pero su referencia al asunto de Corea del Norte se limitó tan sólo a una frase. Estados Unidos ha suavizado su postura con el reciente acuerdo de negociación directa con Corea del Norte, pero no debería permitir que el armamento nuclear de Corea del Norte se convirtiera en un hecho consumado mediante un compromiso fácil".

El editorial del Nikkei observaba que el discurso sobre el Estado de la Unión "ha tenido un tono ligeramente diferente con respecto al de otros de años anteriores", y observaba que "en el discurso se dedicó bastante tiempo a los asuntos de política económica e interior, en lo que puede interpretarse como un intento de reunificar a una sociedad estadounidense escindida en dos por la Guerra de Iraq. Quizá sea esto un reflejo del hastío que siente Estados Unidos por la guerra". Y continuaba el Nikkei: "Las siguientes elecciones presidenciales van a empezar antes de lo habitual. El hecho de que el discurso del Presidente en ejercicio sobre el Estado de la Unión parezca tener menor peso político en medio de este ambiente refleja la realidad de la política que no puede detenerse ni tan siquiera un instante".

El editorial del Sankei, "Es posible una política bipartidista", decía que el discurso sobre el Estado de la Unión presentaba una "versión reducida de las dificultades a las que ha de hacer frente Estados Unidos, la única superpotencia mundial". Al observar que "casi el 70 por ciento de los estadounidenses" se oponen a la nueva política en Iraq", y que "las opiniones contrarias a esta política son cada vez más numerosas dentro de la administración del propio Partido Republicano", el Sankei concluía: "No se puede negar la sensación de aislamiento que invade a la presidencia". Y aunque elogiaba "la determinación del Presidente Bush de mantenerse fiel a sus convicciones", el Sankei observaba: "Los resultados lo son todo en política", y afirmaba que si Bush quiere "conseguir resultados, tendrá que probar con tácticas más flexibles y realistas, incluida la adopción de la solución bipartidista.


The Japan Brief
Enero Del 2007







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