Cuestionadas la independencia y la capacidad de comunicación del Banco de Japón
(22 de enero)



Cuando el Banco de Japón decidió mantener sin cambios el tipo de interés de referencia en el 0,25%, se convirtió en blanco de todas las críticas, por la poca firmeza con que ha llegado a tomar una decisión que supuestamente ha confundido al mercado financiero y ha puesto en duda su independencia con respecto a las presiones políticas. Aparte de la cuestión de cuándo va a subir los tipos de interés, un asunto de gran importancia al que se habrá de enfrentar el banco central será cómo poder recuperar la confianza del público.

Las crecientes señales emitidas por el banco central sobre una subida de tipos desde finales del año pasado provocaron una oleada de especulación respecto de la

aprobación de una subida de un cuarto de punto hasta el 0,5% del tipo interbancario a un día sin garantías durante la reunión de su consejo de administración los días 17 y 18 de enero. Pero al final, el banco se decantó por no hacer efectiva la subida tras someterla a votación con un resultado de 6 a 3, al aducir la continua debilidad del consumo privado y el bajo nivel de inflación como indicadores de que Japón aún no ha abandonado del todo la tendencia deflacionista.

Se sabe desde hace tiempo que el gobernador del Banco de Japón, Toshihiko Fukui, está resuelto a subir los tipos, puesto que considera al bajo nivel actual de los tipos como un legado de la irregular política monetaria que se adoptó para intentar solucionar la crisis financiera desatada tras el estallido de la burbuja. El Banco de Japón puso fin, en marzo de 2006, a la denominada "relajación monetaria cuantitativa que se puso en marcha en 2001 como medida de urgencia para facilitar a los bancos comerciales una cantidad ilimitada de efectivo. En julio de 2006, y como medida adicional para librarse del régimen monetario de emergencia, se puso término a la "política de intereses de tipo cero", que había mantenido el tipo de interés de referencia prácticamente a cero.

Con la recuperación económica en marcha a lo largo de estos últimos cinco años, si bien es cierto que de manera lenta y débil, el banco central se había dispuesto a elevar los tipos de interés por encima del actual 0,25%, el nivel extremadamente bajo. Pero, tal y como indica la falta de unanimidad en la votación respecto de la decisión del Consejo de Administración contra el aumento de los tipos, no hay aún consenso sobre la verdadera fuerza de la recuperación económica. La opinión a favor de una inmediata subida sostiene que los efectos negativos a largo plazo sobre la economía al mantener los tipos a un índice tan bajo compensan la preocupación que suscita el posible efecto de una subida fraccionada de los tipos de interés.

El hecho de que Fukui, que siempre había presionado para subir los tipos, cambiara de opinión a última hora y votara en contra de la subida, levantó las sospechas y las críticas de los dos frentes. Se le ha criticado por haber sucumbido quizá a la presión de los políticos del partido en el gobierno, que sin reparos clamaban a gritos en contra de la subida de los tipos a la vista de las próximas elecciones a la cámara alta. Al tomar una medida especialmente controvertida, el secretario general del Partido Liberal Demócrata, Hidenao Nakagawa, llegó incluso a amenazar con una retracción de la independencia del banco central con respecto al gobierno, mediante la modificación de la ley que le otorgó dicha condición jurídica al banco en 1998. Fukui negó con vehemencia las alegaciones según las cuales habría cedido a la presión política, tras explicar que la decisión del banco se tomó de manera totalmente voluntaria. De haber sido este el caso, la segunda cuestión planteada se refería a la culpabilidad del banco central por confundir a los mercados, o a su incompetencia a la hora de dialogar con éstos.

En lo que respecta al futuro, la acción del banco respecto de los tipos de interés depende de la publicación de los próximos datos económicos-el consumo, los precios, el PIB, etcétera-. La posibilidad de que se produzca un aumento de tipos en febrero está en el aire, pero una opinión, como sugerían los editoriales del Asahi Shimbun y del Sankei Shimbun, defiende que difícilmente se producirá un aumento de los tipos de interés hasta después de las elecciones a la cámara alta del mes de julio.


División de opiniones también en los medios de comunicación


De los cinco periódicos de tirada nacional, dos apoyaban la decisión del Banco de Japón de renunciar a una subida de tipos, pero tres se mostraban en desacuerdo. Sin embargo, todos ellos criticaban lo que parecían ser titubeos y falta de comunicación por parte del banco con el público durante el período previo a la decisión, así como la desmedida intervención de los círculos políticos.

El Nihon Keizai Shimbun, en su editorial del 19 de enero, comentaba: "A un 0,25% anual, los tipos de interés siguen siendo inusitadamente bajos si se comparan con los anteriores y la subida deberá ser gradual en el futuro, pero la normalización no debería precipitarse. La postura progresista de tratar de impedir un riesgo en el futuro es importante en la política monetaria, pero esto no significa que las realidades actuales de la economía puedan pasarse por alto". Sin embargo, el periódico expresaba su preocupación sobre la presión explícita ejercida sobre el Banco de Japón por parte del Gobierno y los dirigentes de los partidos en el gobierno. "En cualquier país avanzado, el sentido común dicta que el gobierno ha de respetar la independencia del banco central, para que pueda mantenerse la confianza en éste. Si el Gobierno y el Banco de Japón siguen discutiendo constantemente, y se crea la impresión de que la subida de los tipos es la victoria del banco central y que la renuncia a subirlos supone sucumbir a los designios del gobierno, el interés nacional de Japón resultará dañado a largo plazo".

"No ha habido ninguna cifra económica que sugiera que los tipos debieran experimentar una subida", escribía el Yomiuri Shimbun en su editorial del 19 de enero apoyando la decisión del Banco de Japón, aun cuando se encuentra a un nivel bajísimo comparado con el de otros países. El periódico también sostenía que "la independencia del banco central está garantizada jurídicamente. Los políticos deberían abstenerse de hacer comentarios que no hacen sino socavar esa independencia". Y añadía: "Si decide aumentar el tipo de interés de base, el Banco de Japón tendrá que comunicarle al público, en términos que faciliten su comprensión, por qué ha decidido obrar de esa manera".

"El actual nivel de los tipos de interés no puede mantenerse indefinidamente", escribía el editorial del 19 de enero del Asahi Shimbun en claro desacuerdo con la decisión del banco central. "La razón de esta discrepancia radica en los enormes efectos secundarios de los actuales tipos de interés en préstamos. En el centro de Tokio, preocupa cada vez más que se esté produciendo una burbuja inmobiliaria Para el BCJ, también existe el deseo de agrandar el margen de maniobra para cambiar a una política de relajación monetaria, en el supuesto caso de que se produzca una recesión económica".

"Transcurrido medio año desde el final de la política de intereses de tipo cero, una medida encaminada hacia la normalización del nivel de los tipos de interés, y tras el nivel, en general favorable, del gasto privado de finales de año en Japón y EE.UU., no era éste un momento propicio para subir los tipos?" preguntaba el Sankei Shimbun en su editorial del 19 de enero. La injustificada debilidad del yen ha sido el principal efecto maligno de los bajos tipos de interés según mencionaba el periódico.

El Mainichi Shimbun, en su editorial del 20 de enero, sostenía: "El aumento de los tipos de interés no se espera que tenga un efecto considerable en el conjunto de la economía. Debería corresponder al Banco de Japón el papel de elevar gradualmente el objetivo rector para la normalización de la función de ajuste del tipo de interés sobre la base de la tendencia de la economía y el mercado financiero". Al mencionar que la fortaleza de las exportaciones es atribuible a una debilidad del yen que tiene su origen en los bajos tipos de interés, el periódico sospechaba que el Gobierno y el Partido Liberal Demócrata querían mantener esa tendencia y la recuperación económica, y advertía contra "el riesgo de una brusca subida de la divisa en el supuesto caso de que se produzca el estallido de la burbuja de la debilidad del yen.


The Japan Brief
Enero Del 2007







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