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La Ceremonia del Té



Ceremonia del Té

El té es bien apreciado en todo el mundo, pero en el Japón ha ido más allá y ha desarrollado toda una ceremonia alrededor de esta infusión, elevándolo a la categoría de arte. En ella se busca vivir un momento único y alejado del mundo cotidiano y de sus problemas. Al estudio y práctica de este arte se lo conoce como Chadô o camino del té.

Es un encuentro entre amigos. En todo momento se va desarrollando una acción que señala el estilo de vida que aspira a la simplificación de los modales, del lenguaje, y del movimiento en general. El motivo de esta reunión puede festejar una bienvenida o cualquier acontecimiento importante. Se trata de crear en todo momento un espacio a la gratificación estética y ética.

 

Se cruza una jardín de ensueño donde su camino tachonado de piedras ha sido previamente humedecido para agasajar a los invitados recordando las palabras filosóficas del Sutra del Loto. Se atraviesa la pequeña “entrada de la humanidad” y se saluda con una reverencia al espacio casi vacío de la salita del té. Rápidamente se ha hubicado el “toko-no-ma”: el “lugar de honor”. Allí un rollo colgante expresa su profundo pensamiento en una hermosa caligrafía. Un simple arreglo floral refleja el cambio de las estaciones o el paso efímero de la vida humana. En el “arte del té” se cumplen las “cuatro palabras clave”. Ellas son: WA o armonía, KEI o respeto, SEI o pureza y DJAKU o calma, o tranquilidad. Además se acompañan con el concepto de escasez, restricción o autocontrol, asimetría, sencillez y refinamiento.

 

El té llega al Japón junto con toda la cultura del Reino del Centro: China. Los contactos los realizan los embajadores que llegan al continente y los jóvenes becarios que vana a estudiar en los monasterios budistas de la escuela Zen, en los siglos VIII y IX y en los siglos XII. Entonces se lo conocía como bebida medicinal y los monjes lo utilizaban para evitar el sueño durante sus largas horas de meditación. Las primeras reuniones del té se realizaban en grandes salones de los palacios y se exhibían importantes y valiosas obras de arte. Distintas épocas se sucedieron y con ellas se produjeron los cambios. En el siglo XV vivió el maestro Murata Shuko, que es el creador de un nuevo estilo para las reuniones del té. Takeno Jo-o y Sen-no-Rikyu, en el siglo XVI, continúan esa transformación donde prevalece el pensamiento del “wabi”, “sabi”, “shibu” y “furyu”.

 

Se dice que Sen-no-Rikyu perfeccionó este arte dando énfasis al concepto de “wabi”, la sensibilidad estética de la simpleza y la austeridad. Él sustituyó los costosos utensilios chinos por otros más comunes del Japón y los lujosos salones por una pequeña sala de té en una cabaña cuyos pisos estaban cubiertos por los tatamis o paneles esterados. Transformó la ceremonia en una forma de vida y un medio para expresar el estilo wabi.

 

Desde entonces han surgido varios maestros y con el tiempo se han creado en numerosas escuelas. Entre ellas las dos principales son: Ura-senke y Omote-senke. En la Argentina contamos con una filial de la escuela Ura-senke.

 

 

 

Algunos términos de la Ceremonia del Té
Chadô o Sadô: camino del té; disciplina de la preparación y el ceremonial para beber el té.
Chaji: ceremonia formal y completa que incluye una comida.
Wabi: la sencillez, lo humilde.
Sabi: lo viejo, lo solitario.
Shibu: lo elegante.
Furyu: el equilibrio.
Cha:
Matchá: polvo del té molido.
Koicha: té de consistencia suave y espesa.
Usucha: té de consistencia más suave y liviano.
Temae: la preparación del té propiamente dicha.

 

Algunos utensilios o dôgu:
Natsumé: recipiente para el matchá del usucha.
Chawan: tazón para servir el té.
Chasen: batidor de bambú.
Chashaku: cucharita para servir el matchá.
Mizusashi: recipiente de agua fresca.
Chairé: potecito cerámico para contener el “matcha” del té espeso.









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