Valoración y expectativas del Alto el Fuego entre palestinos e israelíes en los medios informativos japoneses



La prensa japonesa ha valorado "positivamente pero con ciertas reservas", el compromiso de suspender todo acto de violencia, contraído por el primer ministro israelí Ariel Sharon y el presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas durante las conversaciones del pasado 8 de febrero. Aunque aún no ha quedado claro si este acuerdo de alto el fuego servirá para avanzar en la toma de decisiones que garanticen la convivencia pacífica entre Israel y Palestina, todos los medios informativos japoneses celebraban este acontecimiento al considerarlo como el nuevo punto de inflexión en una lucha teñida por el odio y el derramamiento de sangre.

Antecedentes del acuerdo de alto el fuego
Los encuentros entre los líderes de Israel y Palestina habían quedado suspendidos desde las conversaciones que mantuvieron en octubre del 2000 el por aquel entonces primer ministro israelí, Ehud Barak, y el entonces presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat.

La primera cumbre israelo-palestina de los últimos cuatro años y tres meses ha dado como resultado un acuerdo de alto el fuego. Al analizar las causas de este acuerdo, los principales periódicos de Japón coincidían en señalar dos puntos fundamentales: (1) La interminable lucha armada ha provocado un círculo vicioso de odio y derramamiento de sangre; y (2) la decisión de la administración del presidente de EEUU George W. Bush de implicarse de manera más activa en el proceso de paz en Oriente Medio.

El Asahi Shimbun comentaba en su editorial del 9 de febrero: "El pueblo palestino eligió como sucesor de Arafat a Abbas, que se comprometió a reanudar el proceso de paz, al mismo tiempo que Hamás y otras facciones extremistas parecen más inclinadas a participar en las decisiones políticas. Se puede afirmar que el cansancio provocado por la guerra, unido a la menor influencia de Arafat, símbolo de la resistencia armada, han sido los dos factores que han provocado este rápido cambio de situación. El primer ministro Sharon, declarado enemigo de Arafat, también debía de estar esperando que se presentara esta oportunidad."

Y añadía: "Este cambio brusco en el devenir de los acontecimientos no habría sido posible si el presidente Bush no hubiera adoptado una postura positiva, si bien también es verdad que debería haberla manifestado antes. Tras referirse especialmente a la paz en Oriente Medio durante el primer discurso de su mandato sobre el Estado de la Unión, Bush envió a Europa a la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, para pedirle a continuación que se reuniera con Sharon y Abbas antes de su regreso."

El editorial del 9 de febrero del Yomiuri Shimbun ofrecía el siguiente análisis: "Esta conferencia cumbre y sus frutos han sido posibles gracias a la elección de Mahmoud Abbas como presidente de la Autoridad Palestina. Abbas, que es contrario al plan para liberar Palestina por la fuerza, mantuvo enérgicas conversaciones con los líderes de las facciones extremistas y ha logrado un alto el fuego de facto. Del mismo modo, ha destinado efectivos de las fuerzas de seguridad palestinas al norte del distrito de Gaza, con el fin de frenar los ataques extremistas contra Israel. La Secretaria de Estado norteamericana se reunió con ambos líderes poco antes de la cumbre e instó a ambas partes para que hicieran realidad la propuesta de 'Hoja de Ruta' y lograr así la paz en Oriente Medio. Rice pidió a Israel que tomara una 'decisión difícil', algo que revela un cierto ajuste en la postura pro-israelí adoptada hasta la fecha."

El editorial del Mainichi Shimbun del 10 de febrero afirmaba lo siguiente: "La administración Bush parecía haberse olvidado totalmente del proceso de paz en Palestina al haber dedicado todo su tiempo a la ofensiva en Afganistán y a la guerra de Iraq. Esto ha agravado el sentimiento antiamericano en el mundo árabe islámico, una tendencia cada vez más evidente que ha servido como caldo de cultivo para el terrorismo. Tras su victoria en las elecciones, al presidente Bush ya no le hace falta mimar a Israel para atraerse el voto judío."


Asuntos espinosos en la reanudación de las conversaciones de la "Hoja de Ruta"

La "Hoja de Ruta" es el plan de paz para Oriente Medio establecido por la comunidad internacional en abril del 2003 durante unas deliberaciones a cuatro bandas entre Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y las Naciones Unidas.

El proceso de paz esbozado en este concepto se dividía en tres fases. En la primera fase se afirmaba que la parte palestina se comprometería a poner fin a todos los actos de violencia antes de mayo del 2003, y que la parte israelí se comprometería a retirarse de todos los asentamientos ocupados ilegalmente desde marzo del 2001, y a suspender este tipo de actividades en el futuro.

Los resultados de esta última cumbre son prácticamente nulos más allá de la ejecución parcial de esta primera fase, cuya puesta en marcha llega con dos años de retraso. Esto significa que si el acuerdo de alto el fuego no se observa rigurosamente, la hoja de ruta corre el peligro de fracasar de nuevo.

Las crónicas de la región enviadas por los corresponsales en Oriente Medio de los periódicos japoneses de tirada nacional daban cuenta de las circunstancias que podrían obstaculizar el cese total de las hostilidades.

Naoki Higuchi, corresponsal del Mainichi, informaba de lo siguiente: "Que el acuerdo del alto el fuego vaya a servir para reanudar las conversaciones de paz dependerá de la habilidad de la parte palestina para mantener el 'cese de la violencia'. La organización fundamentalista islámica Hamás y otras fuerzas armadas no han aceptado el alto el fuego y tan sólo se han comprometido a 'interrumpir temporalmente' sus ataques. Estos grupos armados exigen, como condiciones para el alto el fuego, que Israel acepte formalmente la tregua y libere a todos los prisioneros palestinos de las cárceles israelíes-un número cercano a los 8000 presos. Israel ha respondido negándose a poner en libertad a todos aquellos prisioneros que hayan cometido delitos de sangre contra el pueblo israelí."

La opinión preponderante entre los expertos en asuntos de Oriente Medio es que la clave de los avances en las negociaciones de paz probablemente se encuentre en la política de interior de ambos países.

En una entrevista publicada por el Nihon Keizai Shimbun a Isio Nakajima, un alto cargo del Instituto de Investigación de Oriente Medio, observaba lo siguiente: "Por el momento, las políticas nacionales de ambas partes serán las que determinen la estrategia a seguir. La posición israelí gira en torno a su deseo de pactar la retirada unilateral de las tropas estacionadas en Gaza antes del verano. La parte palestina tiene que pasar de un 'alto el fuego acordado por las múltiples facciones' a una decisión más estable como pueda ser una 'directiva de la Autoridad Palestina'. Sharon y Abbas se muestran muy recelosos del riesgo de padecer los ataques de sus propias facciones de línea dura."

La prensa exige una mayor implicación de EEUU en el proceso de paz en Oriente Medio

Para poder alcanzar la estabilidad en Oriente Medio, este acuerdo de alto el fuego debería materializarse con el cese definitivo de las hostilidades. Sobre esta cuestión, los editoriales de los principales periódicos hacían hincapié en la necesidad de que Estados Unidos asumiera un papel de protagonista en el proceso de paz.

El Yomiuri comentaba: "Estados Unidos es el país que tiene mayor peso específico en el proceso de paz en Oriente Medio, y Washington ha demostrado que está dispuesto a tomarse en serio su papel de mediador en la zona. El presidente Bush, quien ya manifestara su firme deseo de paz para Oriente Medio en su reciente discurso sobre el Estado de la Unión, ha invitado a Sharon y Abbas a realizar una visita a Estados Unidos, y éstos han aceptado la invitación."

El Asahi observaba lo siguiente: "Durante los ocho años de su mandato, el ex-presidente de EEUU, Bill Clinton se reunió en 20 ocasiones con dirigentes israelíes y palestinos. Aunque Clinton logró que se reconociera el autogobierno palestino, no logró instaurar la paz definitiva en la región. Bush también debería darse cuenta de que tomar decisiones de forma precipitada para obtener resultados inmediatos puede ser una equivocación. Queremos que Bush se comprometa a recuperar la confianza del mundo árabe que él mismo ha perdido."

El Mainichi declaraba lo siguiente: "Ya es hora de que Estados Unidos dedique sus energías para lograr la paz en Palestina. Si América afirma que tiene el deber de extender la 'libertad' y poner fin a la 'tiranía' en todo el mundo, entonces la resolución al problema de la ocupación de Palestina se perfila como una verdadera prueba de fuego para la administración Bush."

En lo que respecta a las iniciativas del gobierno japonés, el editorial del Yomiuri publicaba lo siguiente: "Con las visitas a Israel y Palestina del ministro de Asuntos Exteriores, Nobutaka Machimura, Japón también quiere adoptar una postura de apoyo al proceso de paz." Y recalcaba: "Para que esta iniciativa para la paz no se frustre una vez más, será importante que este proceso cuente con el apoyo de toda la comunidad internacional."

(Copyright 2005 Centro de Prensa Extranjera / Japón)




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