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El Tribunal Supremo legaliza la construcción del Monju tras anular la sentencia de un tribunal inferior
. El 30 de mayo, el Tribunal Supremo, en lo que fue una decisión unánime tomada por los cinco jueces tras haber presentado el gobierno un recurso de apelación, anulaba la sentencia de un tribunal superior que invalidaba la aprobación del gobierno para la construcción de las instalaciones del prototipo de reactor reproductor rápido de Monju, y brindaba la victoria al recurso del gobierno. Esto fue lo que dictaminó el Tribunal Supremo: "No se puede afirmar que se hayan producido errores o imperfecciones en la inspección de seguridad del
gobierno, de manera que el permiso para su construcción no es ilegal." De esta forma, el Tribunal Supremo anulaba la sentencia emitida por el Tribunal Superior de Nagoya en 2003, que invalidaba el permiso del gobierno para construir el Monju y rechazaba, por consiguiente, el recurso de apelación presentado por los demandantes (los residentes de la zona). Por tanto, transcurridos veinte años desde la interposición inicial de la demanda, el Tribunal Supremo ha confirmado la primera sentencia del Tribunal de Distrito de Fukui, que ya había desestimado la demanda presentada por los residentes. La sentencia del Tribunal Supremo tendrá una importante repercusión en el programa de energía nuclear de Japón y en todas las demandas judiciales relacionadas.

El Monju, situado en la localidad de Tsuruga, Prefectura de Fukui, y gestionado por el Instituto de Desarrollo del Ciclo Nuclear (JNCDI) bajo jurisdicción del Ministerio de Economía, Comercio e Industria, es un prototipo de reactor reproductor rápido nuclear que utiliza neutrones que se mueven a altas velocidades. El reactor está diseñado de tal forma que puede generar más combustible del que se consume dentro del propio reactor. A diferencia de las centrales nucleares comerciales, que utilizan agua normal, el Monju utiliza sodio para poder utilizar neutrones de alta velocidad. El Monju tiene una capacidad de generación térmica de 714.000 kilowatios y una capacidad de generación de electricidad de 280.000 kilowatios. El funcionamiento del prototipo Monju se ha visto interrumpido desde que tuvo lugar el accidente de la fuga de sodio hace 10 años.

Antecedentes del pleito administrativo sobre la construcción del Monju
El gobierno concedió el permiso para la construcción del Monju en mayo de 1983, y, en septiembre de 1985, un grupo de residentes de la zona presentó una demanda administrativa ante el Tribunal de Distrito de Fukui en la que pedían la invalidación de esta aprobación. La construcción del Monju comenzó en el mes de octubre de aquel año. En abril de 1994, el Monju entraba por primera vez en un estado crítico, en el que se producía la continua fisión nuclear dentro del reactor, sin embargo, en 1995, se produjo el accidente de la fuga de sodio.

En marzo del 2000, el Tribunal del Distrito de Fukui dictó sentencia a favor del gobierno. Los demandantes inmediatamente interpusieron un recurso de apelación en el Tribunal Superior de Nagoya, cuyo dictamen de enero de 2003 establecía que se habían detectado fallos e imperfecciones en la inspección de seguridad del Monju y fallaba en contra de la aprobación del gobierno. Fue por este motivo por el que, posteriormente, el gobierno recurrió esta sentencia ante el Tribunal Supremo, que revocaba, el pasado 30 de mayo, dicha sentencia y le brindaba la victoria al gobierno.

Tras estudiar cómo gestionó el gobierno las contramedidas tomadas tras la fuga de sodio ya evaluadas en la segunda sentencia (el Tribunal Superior de Nagoya), el Tribunal Supremo determinó que la inspección de seguridad había sido racional. Según los precedentes del Tribunal Supremo, también dejaba claro que al gobierno le corresponde cierto grado de discreción, al manifestar: "Las inspecciones de seguridad conciernen sólo a las partes relacionadas con la seguridad del diseño de base, y la cuestión de qué se ha de incluir en el ámbito del diseño de base se deja en manos del criterio racional del gobierno."

Paralelamente al pleito del Monju, el gobierno ha realizado continuos esfuerzos para garantizar la seguridad desde el accidente de la fuga de sodio, como son, por ejemplo, la investigación de las causas del accidente, las medidas necesarias para impedir que esto vuelva a ocurrir, además de una revisión completa de la seguridad del Monju, que se completó con otros esfuerzos de índole política. En enero del 2001, la JNCDI solicitó un permiso para modificar el reactor nuclear que permitiera mejorar los aparatos utilizados con las contramedidas tomadas tras el escape de sodio; el permiso para este cambio fue concedido en diciembre del 2002. Y en noviembre del 2000, en el plan de energía nuclear a largo plazo aprobado por la Comisión de Energía Atómica, el gobierno manifestaba que, entre todas las opciones tecnológicas disponibles para solucionar el problema de la energía en el futuro, la tecnología cíclica del reactor reproductor rápido era una de las tecnologías que tenían mayor potencial y anunció un programa para restablecer el funcionamiento del Monju, puesto que el Monju es el centro de la investigación y desarrollo para la consecución de este fin.

Entretanto, algunos investigadores y representantes de los medios de comunicación han señalado que, si bien se espera conseguir unos ingresos de más de 10.000 millones de yenes al año, una vez que el Monju entre de nuevo en funcionamiento y no se produzca ningún contratiempo que lo dificulte, los gastos de funcionamiento y de mantenimiento pueden llegar a situarse entre los 15.000 y los 20.000 millones de yenes al año. Además, existe la posibilidad de que los gastos, incluidos los de construcción, superen un billón de yenes en el futuro cercano, lo cual significaría que, durante un tiempo, no se podría abordar la construcción de un reactor de demostración, que es la fase posterior al Monju. En respuesta, el Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología hace hincapié en que el Monju es una tecnología importantísima que puede ayudar a garantizar la estabilidad del suministro energético de Japón a largo plazo.

Reacciones a la sentencia del Tribunal Supremo
El 30 de marzo, el Ministro de Economía, Comercio e Industria, Shoichi Nakagawa, comentó que la sentencia del Tribunal Supremo que aceptó el punto de vista del gobierno había sido correcta. Dijo también que el gobierno continuará sus esfuerzos para poner en vigor una estricta normativa de seguridad para este tipo de instalaciones y para ganarse la confianza de los residentes de la zona y la del resto de los ciudadanos. Además, el Ministro Portavoz del Gobierno, Horiyuki Hosoda, declaraba: "La sentencia acepta la postura del gobierno y es bien acogida. El reactor reproductor rápido es un mecanismo que reutiliza el uranio muchas veces, y, en principio, no tiene por qué haber problemas. Aunque se ha de prestar la debida consideración a las medidas de seguridad, también es importante que aseguremos nuestras fuentes de energía."

Mientras tanto, el grupo de demandantes hizo pública una declaración en la que decían: "Con el pretexto de respetar una sentencia administrativa, esta decisión judicial ha sido un intento extremo para acatar la política de la administración, algo muy distinto de lo que en realidad debería ser la judicatura. Con sentencias como esta, la viabilidad de las demandas relacionadas con la energía nuclear será prácticamente nula."

Comentarios de los principales periódicos
Los principales periódicos de Japón publicaban editoriales sobre la sentencia del Monju en sus ediciones del 31 de mayo.

Bajo el titular de "Aún así, el camino por recorrer es arduo", escribía el Asahi Shimbun, "El más alto tribunal de la nación ha revocado la sentencia del tribunal inferior. No obstante, el Monju y el programa del reactor reproductor rápido tendrán que hacer frente a dificultades, tanto desde el punto de vista de la financiación como desde el de la seguridad." Y proseguía: "La sentencia del Tribunal Supremo no podrá librarse de los problemas que acechan al Monju y al ciclo del combustible nuclear en general….El reactor reproductor rápido está basado en una tecnología cuya viabilidad aún se desconoce…. Si no hay esperanzas de que el reactor reproductor rápido llegue a tener alguna aplicación práctica, cabe la posibilidad de que se abandone el Monju."

Bajo el titular "¿Será capaz el Monju de eliminar la desconfianza?" el Nihon Keizai Shimbun (Nikkei) afirmaba: "Con esta sentencia, las obras de modificación en el Monju continuarán para hacer efectiva la reanudación de su funcionamiento, pero la desconfianza que genera el Monju, que ya ha provocado un accidente, está muy enraizada. La administración ha ganado la batalla legal, pero debe incrementar sus esfuerzos para eliminar esta desconfianza." Y proseguía: "Aunque el Tribunal Supremo haya anulado la segunda sentencia, se puede afirmar que la desconfianza mostrada por esa sentencia está mucho más cerca del sentir de los ciudadanos." El Nikkei comentaba: "La situación del Monju en el plan de desarrollo de la energía nuclear es ambiguo. La posibilidad de la comercialización, que el gobierno quiere llevar a cabo para el 2030 aproximadamente, se queda atrás, y los planes para la construcción de un reactor de demostración parecen haberse quedado en nada. Esta ambigüedad respecto de su importancia es el principal motivo de desconfianza en el Monju."

Bajo el titular "Sí, el reactor reproductor rápido es necesario", el Sankei Shimbum comentaba: "El reactor reproductor rápido es una medio esencial para la creación del ciclo de combustible nuclear, que es el centro del programa energético del gobierno. Valoramos grandemente la unánime decisión tomada por los cinco jueces del Tribunal Supremo y creemos que ha sido una sentencia lógica que impulsará la investigación y el desarrollo para su comercialización."

Bajo el titular "Incluso con la victoria en los tribunales, toda presunción es tabú", el Yomiuri Shimbun escribía: "Durante años el gobierno ha dicho que sus esfuerzos para hacer el uso más eficaz posible del uranio, bajo lo que se denomina el ciclo del combustible nuclear, constituyen un pilar fundamental de su programa de energía nuclear, y el reactor Monju es la pieza central de este programa." Y proseguía: "Para dictar sentencia en la demanda judicial sobre la propiedad de la aprobación del gobierno para la construcción del reactor Monju, el Tribunal Supremo examinó ante todo si existía algún elemento poco razonable en cada uno de los pasos dados para completar el procedimiento. La sentencia del lunes revelaba que el más alto tribunal respetaba el juicio facilitado por la Comisión de Seguridad Nuclear en relación con los detalles técnicos del programa del Monju. Sin embargo, la sentencia del lunes no constituía ninguna garantía de la seguridad del reactor Monju."

Bajo el titular "Una oportunidad para modificar la estrategia a largo plazo", el Mainichi Shimbun señalaba: "En lugar de considerar la sentencia simplemente como un viento de cola, el gobierno debería aprovechar esta oportunidad para pensar de nuevo sobre el programa de energía nuclear de Japón a largo plazo." Afirmaba: "En su plan de energía nuclear a largo plazo, el gobierno ha dado marcha atrás en su posición con respecto al reactor reproductor rápido: De afirmar en 1994 que sería el 'núcleo de la generación de energía nuclear del futuro', pasó a decir en 2000 que sería una 'opción puntera en la obtención de energía en el futuro'. Y la fecha de su comercialización, que en 1994 el gobierno había señalado para el 2030 aproximadamente, en el 2000 no la mencionaba." Y proseguía el Mainichi: "Los costes de construcción se sitúan aproximadamente en unos 590.000 millones de yenes, y los costes de mantenimiento durante la pasada década alcanzan casi los 100.000 millones de yenes. Además, se calcula que los trabajos de modificación costarán unos 17.900 millones de yenes y, una vez que se reanude su funcionamiento, los costes de funcionamiento supondrán unos 15.000 millones de yenes al año." Y añadía: "En el borrador del programa a largo plazo, que actualmente se está debatiendo, el gobierno dice que su objetivo es introducir el reactor reproductor rápido sobre una base comercial para el 2050 aproximadamente. Sin embargo, es difícil realizar previsiones, con más de cuatro décadas de antelación, sobre el estado de desarrollo tecnológico y la demanda, así como sobre el suministro de la energía. Tanto para el ciclo de combustible nuclear como para el reactor reproductor rápido, el programa de Japón, que es difícil de modificar una vez que se ha decidido tomar la medida, carece de flexibilidad. Es importante estudiar otras formas de energía distintas de la energía nuclear, así como establecer una estrategia a largo plazo que ofrezca varias opciones."



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