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9 de diciembre del 2005
Nueva ampliación del periodo de despliegue de las Fuerzas de Autodefensa (FDA) en Iraq
. Una decisión tomada pensando en la retirada de las FDA
Durante la reunión extraordinaria del consejo de ministros del pasado 8 de diciembre, la administración del Primer Ministro, Junichiro Koizumi, decidió prorrogar en un año, y por segunda vez, el periodo de despliegue de las Fuerzas de Autodefensa (FDA) en Iraq, el cual finaliza el 14 de diciembre. El envío de las FDA a Iraq comenzó hace ahora unos dos años. Dado que era la primera vez que Japón enviaba las FDA a una zona en la que tenía
lugar un conflicto armado, el problema suscitó un gran debate en Japón. En estas circunstancias, la Ley sobre Medidas Especiales para la Ayuda Humanitaria y la Reconstrucción de Iraq, que se convirtió en la base jurídica que posibilitó el envío de las FDA, fue aprobada en julio de 2003. En virtud de lo estipulado por esta ley, la misión de las FDA se limita a facilitar ayuda humanitaria y prestar ayuda para la reconstrucción, y no podrán participar en ninguna acción de combate. Sobre la base de esta ley, y durante una reunión del consejo de ministros en diciembre de 2003, se aprobó un plan de base para limitar a un año el envío de las FDA. Tras estos preparativos, el primer contingente de las FDA se puso en marcha hacia Iraq en enero de 2004.

Después de aquello, el periodo de despliegue de las FDA se amplió durante un año más en diciembre de 2004, y ahora se ha ampliado de nuevo durante otro año, lo cual significa que la permanencia de las FDA en Iraq entrará en su tercer año. Sin embargo, la decisión de esta segunda ampliación también incluye un factor novedoso. Aunque no se haga una referencia directa, menciona, por vez primera, la cuestión de la retirada citando específicamente las condiciones que desembocarían en la retirada de las FDA.

Según el anuncio del gobierno, el periodo del despliegue de las FDA ha sido prorrogado hasta el "14 de diciembre de 2006". Pero en lo que respecta a sus actividades de ayuda para la reconstrucción, el gobierno afirma que estudiará con detenimiento cuatro puntos y ofrecerá una "respuesta apropiada" según lo exigido por las circunstancias. Estos cuatro puntos son: (1) el desarrollo del proceso político en Iraq, incluidas las elecciones a la Asamblea Nacional y la formación del nuevo gobierno; (2)la seguridad pública en Iraq, incluida la transferencia de la autoridad a las fuerzas de seguridad iraquíes; (3) las actividades y los cambios en la estructura de las fuerzas multinacionales, incluidas las tropas australianas y británicas, que se encuentren destinadas en la provincia de Al-Muthanna; y (4) el estado de los avances del proceso de reconstrucción.

Por este motivo, las crónicas sobre la ampliación publicadas en la prensa nacional japonesa tendían a centrarse en la fecha para la retirada de las FDA. Tres de los principales periódicos publicaban crónicas en las portadas de sus ediciones matutinas del 9 de diciembre bajo el titular principal de "Segunda ampliación del periodo de despliegue", y con subtítulos como "Las FDAT [Fuerza de Autodefensa Terrestre] se plantean su retirada para el mes de mayo" (Yomiuri Shimbun), "El Primer Ministro se muestra convencido de que habrá una pronta retirada" (Asahi Shimbun), y "El Primer Ministro insinúa que la retirada se efectuará durante la primera mitad del año próximo" (Mainichi Shimbun).

Valoración del envío de las FDA a Iraq
Puesto que la retirada de las FDA empieza a vislumbrarse en el horizonte, los periódicos de tirada nacional publicaban editoriales en los que, una vez más, analizaban el significado del envío de las FDA a Iraq. Como reflejo de las distintas opiniones de los periódicos, estos editoriales ofrecían diferentes valoraciones de las actividades de las FDA.

El Asahi (edición del 9 de diciembre) escribía: "Nos hemos opuesto al envío de las FDA y hemos insistido en nuestros editoriales en que Japón no debe seguir la senda equivocada. Porque Iraq era demasiado inseguro y el envío de nuestras tropas representaba un paso peligroso que podía sacudir los cimientos de la política nacional japonesa posterior a la Segunda Guerra Mundial, basados en el principio de no participación en acciones militares en el extranjero. Afortunadamente, las tragedias que nos temíamos no se han producido hasta ahora. Esto se debe a la constante vigilancia de nuestras tropas y a la prudencia de las relaciones con las comunidades locales, sin descartar tampoco la pura suerte. Por todo ello, nos sentimos verdaderamente aliviados." Pero a continuación proseguía: "Dicho eso, este periódico sigue oponiéndose a la presencia de las FDA en Iraq. Nuestra postura sobre este asunto no ha cambiado con el tiempo. Una de las razones de que esto sea así es que, aunque el proceso político aún sigue avanzando, la situación de la seguridad no ha mejorado ni un ápice. De hecho, en algunos aspectos está empeorando."

En comparación, el editorial del Sankei Shimbun (edición del 9 de diciembre) comentaba: "Durante una conferencia de prensa, el Primer Ministro Koizumi explicaba que, además de que la ayuda prestada por Japón sea necesaria para la construcción de la nación en Iraq, el cumplimiento de sus responsabilidades como parte integrante de la comunidad internacional le beneficiaría a Japón y serviría para cultivar la amistad entre los dos países. Es una decisión lógica, y la apoyamos." A continuación, el Sankei expresaba su total acuerdo con la política del gobierno en Iraq, diciendo: "Las actividades humanitarias y de ayuda para la reconstrucción de las FDA durante estos casi dos años han contado con el apoyo de los habitantes de la región. Durante este periodo, las FDA no han sufrido ni una baja, ni tan siquiera han disparado una sola bala. Además de su fortaleza física y mental, todo esto ha sido el resultado de la sinceridad, la diligencia y de ver la realidad desde la misma perspectiva que los vecinos de la zona. "

El editorial del Mainichi Shimbun (edición del 9 de diciembre) adoptó una postura a medio camino entre estas dos opiniones. Sin emitir una clara opinión a favor o en contra del envío de las FDA a Iraq, el Mainichi escribía: "Durante la conferencia de prensa, el Primer Ministro, Junichiro Koizumi, alegaba la gran importancia que la parte iraquí concede a las actividades de las FDA como una de las razones que han pesado en la prórroga del despliegue. Al mismo tiempo, el primer ministro hacía hincapié en que si mejora la situación de la seguridad en Iraq y se da el caso de que las compañías del sector privado y otras organizaciones puedan llegar a desarrollar sus actividades a través de proyectos oficiales de ayuda al desarrollo, entonces Japón podrá prestar un tipo de ayuda más variada. No cabe duda de que muchos japoneses piensan de la misma manera." El principal problema a partir de ahora, recalcaba el Mainichi, será "cómo se podrá vincular la cooperación internacional en la que participan las FDA a la ayuda del sector privado".

Prudencia al considerar la normalización de la situación en Iraq
Todos los editoriales de los periódicos de tirada nacional concedían especial importancia al asunto de cómo vincular la retirada de las fuerzas multinacionales, incluidas las FDA, a la normalización de la situación en Iraq.

El editorial del Nihon Keizai Shimbun (edición del 9 de diciembre) manifestaba: "El próximo año será el momento de que no sólo las FDA sino también la comunidad internacional piensen en una estrategia para salir de Iraq. El gobierno japonés también tendrá que demostrar su capacidad de acierto para que la misión de las FDA concluya con éxito." En lo que respecta al hecho de que las FDA hayan centrado sus actividades en la reconstrucción y reparación de las escuelas y demás instalaciones, el periódico decía proponiendo algunas medidas concretas: "En realidad, estas actividades son obra del Ministerio de Asuntos Exteriores, de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), de las organizaciones no gubernamentales, etcétera. Pero si de ellos dependiera, sería necesario dar protección y disponer de alojamiento en hoteles. Esto sería difícil, razón por la cual las FDA, una organización autosuficiente, se encuentran destacadas en Iraq en estos momentos. A la hora de planear una estrategia de salida, el personal del Ministerio de Asuntos Exteriores, la JICA, las ONG, etcétera deberían ser los primeros en ocuparse de la ayuda, y el papel de las tropas de las FDA debería reducirse y circunscribirse a prestar ayuda de retaguardia, como es, por ejemplo, la protección y el mantenimiento de los alojamientos. El gobierno debería considerar la reducción del peso que tienen que soportar las FDA."

El editorial del Mainichi anteriormente mencionado hacía hincapié en la necesidad de que se considere meticulosamente cuando se termine el despliegue, al afirmar: "En trabajos como la reparación de carreteras y edificios públicos en Samawah, las FDA contratan a más de 1.000 vecinos de la zona. Si al producirse la retirada de las FDA se pierde gran parte de este empleo, los habitantes de la zona podrían sentirse agraviados. Para que puedan comprender esta decisión, Japón debería explicarles a los vecinos de la zona, de forma adecuada, que se les seguirá prestando la ayuda para la reconstrucción incluso después de que se haya producido la retirada de las FDA."

De forma parecida, el editorial del Asahi anteriormente mencionado sugería: "Según la opinión de los expertos militares, la retirada de una unidad es una operación sumamente peligrosa que requiere una minuciosa planificación. Esperamos que el sistema de ayuda y de relaciones humanas que las FDA se han esforzado por crear en Samawah pueda permanecer intacto incluso después de su retirada. Deberíamos pensar en formas de utilizar estos legados como la base sobre la cual asentar nuevos planes de ayuda. El gobierno debería mostrar al pueblo un plan claro de retirada, y empezar a trabajar en él inmediatamente."

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